“La reflexión está considerada un medio para
convertir la experiencia en aprendizaje, y ella es importante también en la
construcción del conocimiento y en el mejoramiento de las capacidades
metacognitivas, las que permiten que las personas conozcan acerca de cómo funcionan
sus propios procesos cognitivos; es una cognición de segundo orden, es decir un
pensamiento sobre el pensamiento”. (Celia Sigal).
Es necesario que el alumno aprenda a desarrollar criterios y
standards de evaluación ya que, el propio alumno tendrá un papel activo en la
elección de sus trabajos, en la clasificación y la forma de su presentación.
a) Análisis de los aspectos débiles y mejoras reflejadas en los
escritos reflexivos.
Un reto importante para los alumnos que utilizan el portafolio es saber identificar, analizar y valorar los puntos fuertes y logros, así como aquellos aspectos más débiles, de manera que se puedan proponer posibles acciones para superarlos.
Un reto importante para los alumnos que utilizan el portafolio es saber identificar, analizar y valorar los puntos fuertes y logros, así como aquellos aspectos más débiles, de manera que se puedan proponer posibles acciones para superarlos.
A partir de las evidencias que
componen el portafolio, el alumno puede reflexionar sobre cuales son los
propósitos, aquello que está bien planteado, dónde los esfuerzos han estado mal
planteados o han sido inadecuados, y cuales resultan ser, por el contrario, las
líneas más interesantes para desarrollos posteriores. También puede comprender
los factores que explican que los resultados obtenidos en la realización de una
tarea sean favorables o desfavorables.
También el docente puede ayudar
en el proceso de reflexión, manifestando la confianza en él y el respeto a la
opinión del estudiante. En la reflexión se debe poner énfasis en los aciertos y
no en los errores, detallando por escrito los puntos de fortaleza y los puntos
de debilidad del portafolio y agregando sus observaciones al portafolio.
b) Exposición de retos y acciones futuras.
La reflexión siempre es un reto
ya que implica un alto nivel de autodisciplina y responsabilidad por parte del
alumnado.
Tienen la ventaja de que al
indicar los puntos flojos y fuertes del proceso de aprendizaje, suponen un gran
componente motivador y de estímulo para incorporar propuestas de mejora con
garantías.
El proceso de reflexión propicia
la autonomía del estudiante y el pensamiento crítico reflexivo que por una
parte asegura reto de alcanzar el aprendizaje mínimo y por otra aquél que cada
uno desea adquirir y profundizar.
c) Proyección del desarrollo personal y académico.
Este proceso contribuye al
desarrollo de la conciencia metacognitiva y la construcción de sus conocimientos.
Del análisis de las debilidades y
fortalezas, se puede extraer información sobre las necesidades y también lo que
falta para un logro completo así como manifestación de las vías para
alcanzarlo. “La posibilidad de auto-reflexionar en los procesos de pensamiento,
juega un rol central en la resolución de problemas y el desarrollo intelectual”
(Durst, 1989).
El docente puede proponer
objetivos académicos y/o profesionales y/o personales para un futuro.
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